Probablemente no hay nada más mod que no alardear de movimiento. Cuando los mods no eran mods sino faces o stylish residía el verdadero corazón del modernismo. No toca hacer en este momento dar un repaso a la historia mod y su progresiva bastardización, pero la reflexión viene al caso del análisis del concierto que este grupo dió el viernes 4 de octubre en Valencia.
Lejos de etiquetas o de proclamas, estos escoceses dieron un concierto de Rythm´n´blues de los de verdad, de los que salen de las vísceras, nos mostraron como sonarían, como actuaría, un grupo beat de los jueves en el Flamingo, mezclando con acierto y sin complejos, soul, r´n´b y hasta rock'n'roll, y con una indumentaria francamente evocadora. El público no anduvo a la zaga, mayoritariamente parroquia modernista en el más amplio sentido, o sea minimods, neomods, soulmods, mods a secas y hasta geraitric-mods, con una interesante colección scooteril en la puerta. El resto del auditorio, gente de buen gusto musical.
Musicalmente fue correcto, con un excelente vocalista que se deslizaba por la pista bailando muy mod, y un guitarrista que sacaba sonidos imposibles de su fender, en el debe solo anotar que el hammond podía, debía, haber tenido un mayor protagonismo. Los chavales se lo pasaron bien, en cocasiones hasta demasiado bien, y lo transmitieron a la gente, que especialmente con las versiones de temas clásicos se enganchó al concierto con gran entusiasmo.
En definitiva, un buen concierto para divertirse y bailar un rato, sin grandes pretensiones, eso sí.
Lo mejor: pedazo versión del what i´d say
Lo peor: ninguno de los miembros presentes tuvo a bien acordarse de traer cámara
Lejos de etiquetas o de proclamas, estos escoceses dieron un concierto de Rythm´n´blues de los de verdad, de los que salen de las vísceras, nos mostraron como sonarían, como actuaría, un grupo beat de los jueves en el Flamingo, mezclando con acierto y sin complejos, soul, r´n´b y hasta rock'n'roll, y con una indumentaria francamente evocadora. El público no anduvo a la zaga, mayoritariamente parroquia modernista en el más amplio sentido, o sea minimods, neomods, soulmods, mods a secas y hasta geraitric-mods, con una interesante colección scooteril en la puerta. El resto del auditorio, gente de buen gusto musical.
Musicalmente fue correcto, con un excelente vocalista que se deslizaba por la pista bailando muy mod, y un guitarrista que sacaba sonidos imposibles de su fender, en el debe solo anotar que el hammond podía, debía, haber tenido un mayor protagonismo. Los chavales se lo pasaron bien, en cocasiones hasta demasiado bien, y lo transmitieron a la gente, que especialmente con las versiones de temas clásicos se enganchó al concierto con gran entusiasmo.
En definitiva, un buen concierto para divertirse y bailar un rato, sin grandes pretensiones, eso sí.
Lo mejor: pedazo versión del what i´d say
Lo peor: ninguno de los miembros presentes tuvo a bien acordarse de traer cámara
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