martes, 22 de enero de 2008

Chad & Jeremy: Three in the attic


Una de las satisfacciones del comprador de música que, como yo, no llega a la categoria de coleccionista musical es que de vez en cuando puede encontrar algo que se sale de lo habitual y que, sin ser una super rareza o una copia mega, hiper limitadísima de un grupo ultra oscuro de sicodelia, hard-progresivo o la madre que lo parió, es una pequeña y agradable sorpresa.

En fín, que un día navegando por algún vendedor de ebay me encontré con una portada sixties muy chula la cual correspondía a la banda sonora de Three in the attic, película dirigida en 1968 por Richard Wilson e interprtada por Yvette Mimieux, la inolvidable eloi de El Tiempo en sus manos. La BSO que tengo en mis manos fue publicado por el sello Sidewalk y compuesta por el dúo inglés Chad and Jeremy que, como todos los amantes de la música sixties sabrán, compusieron interesantes albumes de folk y pop, siendo sus últimos esfuerzos los psicodélicos y conceptuales Of Cabbages and Kings y The Ark. Entre 1968 y 1969 el dúo estaba practicamente en descomposicion debido al poco exito de sus dos trabajados y barrocos albumes a los que antes me he referido, es por ello que este album es lo último que hicieron en los sesenta. Aunque a la hora de precisar, sólo una de las canciones fue escrita por Chad Stuart y Jeremy Clyde, se trata del segundo corte de la cara A, la magnífica Paxton Quigley’s had the course que se encuentra entre lo mejor que publicaron en su etapa final. El resto de esta cara son todo composiciones de Chad Stuart y Wayne Irvin, todas ellas acertadas, sensibles y muy a tono con la época en la que fueron escritas, me recuerdan bastante a The Zombies en su etapa Odessey & Oracle.

La cara B es un extenso instrumental de 13 minutos titulado Background Music que está compuesto por Chad Stuart y que son variaciones de las canciones de la cara A del disco. Hay calmados momentos acusticos con flauta y guitarra, pasajes orientales muy en la onda Beatle, fanfarrias, homenajes al cine mudo, desarrollos en clave bossa…vamos, que Chad se descubrió como un más que competente escritor de bandas sonoras al estilo de los Teddy Randazzo o John Barry de la época.

Resumiendo, un buen album que si bien palidece junto al resto de la obra de Chad & Jeremy no es mal epílogo para la obra de una década ni descarte para el aficionado al brillante dúo ingles.

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